lunes, 22 de diciembre de 2014

Inspiración sobre el hábito al miedo

Esta mañana sentí dar una vuelta en bicicleta.
Salí sin un rumbo específico,  hasta que finalmente llegué al río de San Esteban.
El lugar es calmo, los árboles acompañan el curso del río y, con la ayuda del viento, sus hojas emiten ese sonido de paz.

Antes de emprender mi regreso, me predispuse a hacer una relajación bajo los cálidos rayos del sol.
Fue un instante después,  cuando tengo la necesidad de  contactar a mi guía espiritual. ¿O él me habrá querido ubicar a mi?
Siempre es un placer recibir su visita, energia y consejos.

Fuimos al grano, hablaríamos sobre el hábito al miedo, la necesidad de control y de seguridad. Variables que suelen atormentarme.

Generalmente, cuando me comunico con mi guia, no percibo palabra por palabra, sino,  como si fueran "bolas" de ideas y conceptos que voy asimilando, consciente e inconscientemente,  y así voy teniendo claridad sobre el tema en cuestión.

Los miedos se hicieron un hábito,  la clave estaría en modificar ese hábito y no a los miedo en sí. En este momento entran en juego la necesidad de control y de seguridad, saber que es lo que va a venir, para estar preparado para afrontarlo. Así nace la ansiedad de querer estar siempre un paso adelantado. Que no es lo mismo tener metas hacia el futuro. En la ansiedad, necesito saber y controlar todo, cuanto dinero tengo, cómo va a ingresar, que me van a decir las personas que me rodean, que les voy a responder (más allá de si quiero agradar o no). Mato la espontaneidad, pero sobre todo, el vivir. Hasta a veces, mientras realizo alguna actividad, me percato que respiro corto y de forma entrecortada. Es, de alguna manera, una forma de control.

Intento no desviarme por las ramas y le pregunto a mi guía: ¿Cómo modifico un habito?

Innumerables vías para lograr tal fin, aunque la respuesta número uno para dicha pregunta es con la VOLUNTAD.

Pero... ¿Qué es la VOLUNTAD en este caso?

La capacidad de hacer, en el momento, aquello que no nos apetece.
Aunque el miedo es perjudicial, es un hábito y genera acostumbramiento y comodidad, pensar y sentir diferente es un esfuerzo, muchas veces mayor a la necesidad de cambio. Por eso sigo y seguimos sosteniendo varios hábitos nefastos.

En esta oportunidad, decidí avanzar un paso más en la transformación de este mal hábito.

Tomé una decisión.

En la práctica,  cada vez que identifico que se dispara el hábito del miedo, me detengo, lo analizo y busco de que otra forma, más sana deberia actuar. Y lo hago de esa manera!!

Al principio parece forzado, pero con el tiempo se logra un hábito más sano. Dicho de forma más "espiritual": logro hábitos que me permitan la expresión de mi ser.

El costo: esfuerzo, tiempo, pensar.
El beneficio: una eternidad con una piedra menos en nuestro equipaje.

¡Gracias guia!
Prometo releer este texto de vez en cuando para mantenerlo presente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario